Alli se quitó la camisa, se sentó en el borde del catre, y a las tres y cuarto de la tarde se disparó un tiro de pistola en el círculo de yodo que su médico personal le había pintado en el pecho. A esa hora, en Macondo, Úrsula, destapo la olla de leche en el fogón, extrañada de que se demorara tanto en hervir, y la encontró llena de gusanos.
-¡Han matado a Aureliano! -exclamó.[Total:0 Promedio:0/5]