Sólo oír tu voz por teléfono, “—mojo las bragas”.
Después de casi dos meses sin vernos, probablemente por algún oscuro y femenino capricho hormonal, y aunque nuestra relación durara el tiempo justo de venir por casa a quitarse el calentón acumulado durante ese tiempo, me gustó que me lo dijera, era un buen comienzo.[Total:1 Promedio:1/5]