Sólo oír tu voz por teléfono, “—mojo

Sólo oír tu voz por teléfono, “—mojo las bragas”.
Después de casi dos meses sin vernos, probablemente por algún oscuro y femenino capricho hormonal, y aunque nuestra relación durara el tiempo justo de venir por casa a quitarse el calentón acumulado durante ese tiempo, me gustó que me lo dijera, era un buen comienzo.

[Total:1    Promedio:1/5]
Ortiz, M. (2011), Golpe de Mar, "El eco de mis pasos", p. 123, (1a ed. 2014), Barcelona: Symbiotics Edits & Iure, S.L., ISBN: 978-84-942378-0-5

Deja un comentario

  Campo Obligatorio
Puedes utilizar estas etiquetas HTML en el comentario
<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>