El infierno de los vivos no es

El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquél que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.

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Calvino, I. (1972). Las ciudades escondidas 5, Las ciudades invisibles, p. 170, Madrid: Ediciones Siruela, S.A. ISBN: 978-84-15723-19-6

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