Sabes
gustavo adolfo
en cualquier año de éstos
ya no van a volver
las golondrinas
ni aun las pertinaces
las del balcón
las tuyas

Hubo un tiempo en que nos fijábamos en las hojas secas
en el muro de ceniza y en la noche descalza
y en la luna pálida de tantas destrucciones
y así apostábamos a la melancolía
inconscientes de que ése no era aún nuestro percance
faltaban temporadas de sistemática pobreza
laberintos privados y tristezas de medio pelo

Todo se hunde en la niebla del olvido
pero cuando la niebla se despeja
el olvido está lleno de memoria

Ocurre que el pasado es siempre una morada pero no existe olvido capaz de demolerla.

El día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido

ésta es mi casa o mi región
o el laberinto de mi patria
pero me gusta repetir
no cabe duda ésta es mi casa

Yo no sé si Dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda.