Mi alma a Dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama.

He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón.

Ser humano supone una experiencia corporal y anímica, única para cada persona […] no hay nadie igual a otro. Cada uno de nosotros posee su propia historia, que és única, y la realización de esta historia entrará en relación directa con el hecho de si hemos elegido el sendero con el corazón.

Aspiras a entender
la ecuación de la duda,
el contorno del fuego
o el trazado del tiempo.

Pretendes formular
el latido preciso,
la palabra adecuada
que descifre el silencio.

Cuando conocemos a alguien y nos enamoramos, tenemos la impresión de que todo el universo está de acuerdo.

El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.

Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.

Cuando tú me mandas que cante, mi corazón parece que va a romperse de orgullo. Te miro y me echo a llorar.

Sean felices, teniendo siempre en cuenta a aquellos que tienen sus nombres grabados sobre su corazón, entre los que yo mismo, de momento, no me cuento.

La verdad del amor no radica en un beso y una flor, sino que va más allá, donde los corazones se puedan juntar y abrir a la verdad.

Ojos que no ven, corazón que no siente.

Y la ola de ternura y compasión que de golpe le colmó el corazón no era el movimiento del ánimo que lleva al hijo a recordar al padre desaparecido, sino la piedad conmovida que un hombre formado siente ante el niño injustamente asesinado, algo había ahí que escapaba al orden natural y, a decir verdad, ni siquiera tal orden existía, sino sólo locura y caos en el momento en que el hijo era más viejo que el padre.

A dondequiera que vayas, ve con el corazón.

Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
[texto original] Es con el corazón que vemos lo verdadero; las cosas esenciales son invisibles para el ojo.

Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal. ¿Quieres conocer a alguien? ¿Su corazón, su mente, su alma? Pídele que te hable de cuando nació. Lo que te cuente no será la verdad: será una historia. Y nada es tan revelador como una historia.