Una vez aprendemos a hacer sentir de

Una vez aprendemos a hacer sentir de manera diferente a nuestros interlocutores, en vez de hacerles entrar en razón, seremos mejores comunicadores. Además, hacer sentir requiere menos palabras, esto es, menos esfuerzo por nuestra parte y por parte del oyente para recordar nuestro mensaje.

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Rowshan, A. (2013), El hombre que cabalgó el tigre de la felicidad, p. 211, Barcelona: Zenith / Planeta, ISBN: 978-84-08-03559-6

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