Y te aferras a lo que dices, aunque exponga tu su-
ciedad, áurea, porque no hay descalabro más be-
nigno, y porque, ante el agravio de la soledad y la
querella del tiempo, lo que dices, Eduardo, apa-
cigua el tiempo.[Total:1 Promedio:0/5]
Y te aferras a lo que dices, aunque exponga tu su-
ciedad, áurea, porque no hay descalabro más be-
nigno, y porque, ante el agravio de la soledad y la
querella del tiempo, lo que dices, Eduardo, apa-
cigua el tiempo.[Total:1 Promedio:0/5]