Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

¿Qué haces cuando te das cuenta de que eres real?. Porque eso es lo que hace la quietud. Te enfrenta a algo que jamás habías experimentado: la posibilidad pura. Tu pasado no puede hacerte volver atrás, tu ego ya no tiene control, tus emociones dejan de tirar de ti. Alcanzar la libertad no es la meta, sino el punto de partida.

El poder está siempre en el momento presente. Este momento es lo único que tenemos.

El tiempo no existe por si mismo. De los acontecimientos mismos rezuma el sentimiento de lo cumplido en el pasado, lo que está presente y lo que está por venir; y nadie, fuerza es reconocerlo, tiene un sentimiento del tiempo en sí, considerado fuera del movimiento de las cosas o de su reposo.

La sempiternidad es la suma (necesariamente imaginaria) de un pasado infinito y de un porvenir infinito, a cuyo lado el presente no sería nada; la eternidad es la perduración exclusiva de un presente, que es todo.

El futuro tortura y el pasado encadena. No dejes que se te escape el presente.

El que adelante no mira, atrás se queda.

Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo.

El Ser es la única Vida, eterna, siempre presente, más allá de las miles de formas de la vida que están sujetas al nacimiento y a la muerte.

Es corriente en nuestros tiempos, como lo ha sido en otros muchos períodos de la historia del mundo, suponer que los más sabios de entre nosotros han visto a través de todos los entusiasmos de épocas anteriores y se han dado cuenta de que no queda nada por lo que valga la pena vivir. Los que sostienen esta opinión son verdaderamente desgraciados, pero están orgullosos de su desdicha, que atribuyen a la naturaleza misma del universo, y consideran que es la única actitud racional para una persona ilustrada.

Hoy es siempre todavía.