Permitidme que os cuente una cosa. Soy catalán.
Fuente original en inglés

En el proceso de socialización, que prosigue durante la adolescencia, las mujeres aprenden a definir su identidad por la relación con un hombre, mientras que los varones aprenden a definir su propia identidad a través del trabajo futuro y la carrera.

No somos nada distintos de el otro en muchos aspectos pero seguimos viendo solamente que ese otro es distinto; básicamente pensamos que es el otro; un ente ajeno a mí, distante y diferenciado.

El individuo es la creación más extraña del hombre.

Si no amamos a los demás, no nos amamos a nosotros mismos. Dios es amor, y en su amor no existen las discriminaciones.

A lo que debemos aspirar, no es tanto a descubrir diferencias y semejanzas sino a descubrir la similitud oculta bajo aparentes discrepancias. Las reglas individuales puede parecer al principio discordantes sin embargo, una mirada más atenta detecta los parecidos; aunque difieran en lo material, [las pautas -o aquello que se investiga-] se aproximan en la forma y en el orden de sus partes.

En la adolescencia, mi «diferencia», por decirlo de alguna manera, me llevó a una exploración de ideas metafísicas y, por primera vez, comencé a emocionarme con el descubrimiento de que podía escoger entre muy diversas interpretaciones de la realidad.

Mi infancia fue distinta a la del resto de los niños de mi edad, y la de mi hermana también. Durante doce meses nuestro crecimiento fue normal. Mientras que a mí me salían los dientes de leche, a Rodas le salieron unos radios chiquitos en las ruedas. Mis padres estaban muy orgullosos de nosotras. Yo era guapa y mi hermana tenía unos reposapiés magníficos con un resplandor especial.

Dios, que es bueno, al ver la materia recibir el sello de la idea y experimentar toda especie de cambios, pero sin sujeción a regla, resolvió introducir en ella el orden y remplazar los cambios sin fin con movimientos sometidos a leyes, para que las diferencias de los seres tuviesen su armonía, en lugar de estar abandonados al azar.

Digo esta noche, como si se tratara siempre de la misma noche, pero ¿hay dos noches?

En una bandada de blancas palomas, un cuervo negro añade más belleza incluso que el candor de un cisne.

Indudablemente, en la actualidad de la misma manera se estudia un cuadro que un estatua, cosas tan completamente distintas; la estatua no es un momento de una acción, es la acción entera y compendiada.

En relatividad, no existe una distinción clara entre las coordenadas espaciales y la temporal, exactamente igual a como no hay ninguna diferencia entre dos coordenadas espaciales cualesquiera.

La sangre es el símbolo del principio oscuro así como el aliento es símbolo del principio luminoso.

Culpa e inocencia se diferencian nítidamente ante los ojos de un juez justo.