El señor Barón no fue realmente, en

El señor Barón no fue realmente, en los últimos meses de su vida, más que una sombra de lo que era, como suele decirse, y ante esa sombra, que cada vez cobraba más rasgos espectrales, todos se apartaban cada vez más. Y yo mismo, como es natural, no tenía ya con la sombra de Paul la misma relación que con el Paul de antes.

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Bernhard, T. (1982), El sobrino de Wittgenstein, p. 44, Barcelona: Anagrama, ISBN: 84-339-3123-7, Depósito Legal: B. 4.534-1988

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